jueves, 11 de enero de 2018

LA GALLARDA: Antonio Bonet

Continuando con los posteos veraniegos, ahora una casa de verano.
LA GALLARDA en Punta del Este (ROU), es la que Antonio Bonet diseña y construye como casa de vacaciones para una pareja de escritores y su hija: RAFAEL ALBERTI, MARÍA TERESA LEÓN y su pequeña AITANA, que por aquellos años vivían exiliados en la Argentina (1945).

BONET también era un exiliado de la República Española, y compartía con Alberti no sólo su destierro, sino amigos comunes como Picasso. Bonet es junto con Sert uno de los diseñadores del Pabellón de la República Española en París (1937) donde se expone por vez primera el Guernica.


"Ver, ver, ver: Pintura. Ver y tocar: Escultura, Ver, palpar, penetrar, aún más que con la mano con el filo tajante de la retina: Arquitectura." (Rafael Alberti)



"Llego a un bosque. Lo penetro, me sumerjo, abro los ojos y respiro dentro de sus pulmones... ¿cómo meterme en ese bosque, cómo penetrarlo, tocarlo sin dañarlo, sin herirlo en su maravilla?"
Esta es la premisa fundamental de la casa La Gallarda que proyecta Bonet al mismo tiempo que la urbanización de Punta Ballena (ROU), donde el arquitecto hará talar, después de un riguroso estudio, el número justo de árboles, logrando que el nuevo elemento, la luz marina penetre en el bosque...

Bonet se inspira en el lugar y construye esta casa de verano, recordando el Mar Mediterráneo, una pasión común con Alberti, que nacido en el Puerto de Santa María (Cádiz 1902) tenía al Mar, la Mar, como una de sus musas inspiradoras. (Recordemos que el primer libro de poemas de Alberti se titula Marinero en Tierra).
Se trata de una casa realizada con medios muy escasos que da preferencia a los espacios exteriores, un poco como la arquitectura mediterránea, cuyo clima es tan parecido al del Río de la Plata. Es una de las pocas casas de Bonet construida con tejas coloniales (recordamos la casa Daneri, Mar del Plata, 1943), con una amplia galería y ventanales construidos con paneles de madera pintados por el mismo Alberti.
La casa se relaciona con un patio que a su vez abre al mar. Al fondo el bosque y una pequeña habitación de dimensiones mínimas, penetrando el bosque. Es la habitación del poeta, donde acontece su creación. Allí Alberti pasará largas horas escribiendo en su escritorio, mirando el bosque, aislado del bullicio doméstico...

Actualmente la casa se encuentra bien mantenida, aunque ha perdido la magia del bosque que la rodeaba...

Agradecemos por el material fotográfico actual a la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UDELAR.











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